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Langostinos y un reto a la creatividad

Vinarós presenta en Logroño el XI Concurso de Cocina Aplicada al Langostino

Si el arte es gusto, diversión y alucinación, disfrutar de una comida en Tondeluna encaja como guante en mano con el aserto. Gusto por las cosas bien hechas y de forma natural –como si comieras en casa; diversión porque de eso se trata; y alucinación, inevitable, al descubrir cada uno de los bocados que propone Francis Paniego en su carta. Si al Premio Nacional de Gastronomía le ofreces además la posibilidad de crear sobre una materia prima diferente a la habitual, aunque igualmente de primerísima calidad, difícilmente declinará la oportunidad de innovar y mostrar su arte.


El céntrico restaurante logroñés acogió la presentación del XI Concurso Nacional de Cocina Aplicada al Langostino de Vinarós. Del langostino de Vinarós cuentan que es especial; que destaca por su textura y calidad, unas características que parecen encontrarse en las aguas de baja salinidad del litoral y en un clima suave y atemperado durante todo el año.

 

Paniego aseguró haberse acercado al producto  con cariño y respeto y agradeció la elección de Tondeluna como escenario de la presentación. “Esa es –apuntó el cocinero riojano- una de las ideas que nos movió a poner en marcha éste local, poder innovar y hacer cosas nuevas”. Así que puestos en materia, Francis Paniego ha presentado unos langostinos asados, tras curarlos en sal durante cuatro horas. Unos langostinos que en palabras del chef riojano trasladan un aspecto increíble y una carne extraordinariamente jugosa.
La producción del langostino de Vinarós es limitada y se localiza en el litoral mediterráneo, en las aguas que unen el Delta del Ebro y Peñiscola. Son piezas que pueden llegar hasta los veinte centímetros en los ejemplares más grandes, con un grosor considerable. Reconocerlos es posible también por su color fluctuante entre rosáceos y marrones, con unas bandas transversales en su abdomen que dibujan una tendencia republicana. En cuanto a su sabor coincidencia: sabrosos.

 

Así que difícil imaginar otra manera de promocionar un concurso de cocina que unir a uno de los mejores cocineros del país con un producto de calidad como el langostino de Vinarós. Más aún, si el restaurador completa el menú con las famosas croquetas ‘que mi madre Marisa nos enseñó a hacer’; ensaladilla rusa con mahonesa aireada y láminas de pan, menestra de verduras de temporada, carrilleras de ternera galseadas con puré de manzana y, como postre, torrija tostada con helado de queso fresco y sopa de vainilla y torta templada con queso, manzana y helado de miel.
Visto lo visto Francis Paniego partiría desde la primera línea de salida si decidiera tomar parte en un concurso que trata de incentivar nuevas tendencias culinarias con el langostino como protagonista. Tal y como rezan las bases, las inscripciones están abiertas a todos los profesionales del sector en representación de un establecimiento de hostelería o entidad relacionada con la gastronomía.

En una primera fase, los participantes deberán remitir a la organización el nombre, receta y foto en alta resolución del plato a elaborar, así como un breve curriculum. De entro los inscritos, el jurado seleccionará diez, que serán los que tomarán parte en la fase final. Los premios establecidos contemplan mi euros para el ganador; 500 para el segundo; y 300 para el tercero. El jurado de la edición 2013 está compuesto por Pere Castells Esqué, que ejercerá del presidente; Paco Alonso, Rafa Soler, Josep Ángel Gimerá y María Teresa Ríos.


Así, entre datos y audiovisuales promocionales de Vinarós, los langostinos llegaban a las mesas y ante la intención de alguno y alguna de emplear cuchillo y tenedor, Francis Paniego recordaba: “Con las manos… en Tondeluna estás como en casa”./Javi Muro

 

Fotografías: Rafael Lafuente.

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