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{ENTREVISTAS}

'Las leyes educativas tienden a olvidarse de la Educación Musical'

Carlos Blanco ha publicado el libro 'El Conservatorio Profesional de Música Eliseo Pinedo. 50 años'

Carlos Blanco Ruiz (San Asensio. La Rioja, 1970) es el autor del libro 'El Conservatorio Profesional de Música Eliseo Pinedo de La Rioja.50 años de historia de un institución educativa', editado por el Instituto de Estudio Riojanos. En sus páginas, Blanco Ruiz aborda la educación musical, su desarrollo como profesión y su relación con la sociedad a lo largo de medio siglo. Carlos Blanco Ruiz es licenciado en Historia y Ciencias de la Música, Profesor Superior de Guitarra del Conservatorio 'Joaquín Rodrigo', director musical de la orquesta de Plectro de la Orden de la Terraza, profesor  de guitarra en el Conservatorio Profesional de Música Eliseo Pinedo de Logroño, además de Arquitecto Técnico. Blanco Ruiz asegura que, actualmente, disfruta de la música desde distintas vertientes: "Hablo de interpretar, escribir o dirigir música, estudiar o analizar las partituras de otros e investigar sobre el entorno histórico musical; también con mi trabajo diario en el Conservatorio, trasmitiendo al alumnado todo aquello que hace que la música pueda ser vivida de una manera consciente, intensa e ilusionante"./Javi Muro

 

SPOONFUL.- ¿Cómo surge la idea de investigar sobre el Conservatorio Profesional de Música Eliseo Pinedo y escribir el libro que la recoge? ¿Cuáles eran los objetivos?

En el año 2018 inicié la tesis doctoral que acabo de defender en la Universidad de La Rioja sobre la figura, la música y el ámbito cultural y social que rodeó a Eliseo Pinedo. Una de las múltiples líneas de investigación surgidas a lo largo de la tesis fue el estudio de la historia del Conservatorio que Pinedo ideó y fundó. En el año 2000, en plena pandemia, se conmemoró su reconocimiento legal como Conservatorio Profesional y se llevaron a cabo diversas actividades alrededor de esta celebración. Una de las propuestas fue la de elaborar nuestra historia. Dado que fui alumno del centro, que soy profesor en él desde 2005 y que mi hijo ha realizado sus estudios musicales en él, consideré que mi conocimiento sobre esta institución me 'obligaba' a realizarla. Desde el principio se planteó no solo llevar a cabo un estudio positivista, sino realizar una investigación con cierto carácter crítico del sistema educativo riojano, que ha concluido que puede extenderse al nacional con pocas diferencias.

 

S.- Quizá, para situarnos, ¿Quién fue Eliseo Pinedo y que representa para la educación musical?

Eliseo Pinedo López nació en Zarratón en 1908 en una familia humilde. Inició sus estudios musicales con su padre y como educando de la Banda Municipal de Haro, pero a partir de ahí tuvo que trabajar para poder pagarse las ampliaciones de conocimientos de manera privada. Estudió en la ciudad jarrera, con Virgilio Mendiola y con Basilio Miranda, y en Madrid, con Emilio Vega Manzano, para poder obtener los títulos de Dirección en el Cuerpo Nacional de Directores de Bandas Civiles (1941) y de Composición en el Real Conservatorio de Música y Declamación de Madrid (1943). Por ello, cuando tuvo oportunidad y de él dependieron instituciones educativas como la Academia de la Banda de Tudela o la provincial de Logroño, no dudó en facilitar el acceso a los estudios reglados mediante el apoyo de las instituciones. Además, pensó en la necesidad de la oficializar de los estudios, llevando a cabo una socialización de la música que ha servido para generar un tejido de profesionales de la música en La Rioja. No se debe olvidar la faceta de compositor, que en mi tesis recibe un estudio profundo.

 

S.- ¿Qué importancia tiene la educación musical cultural, individual y socialmente? No parece que tenga una gran importancia para quienes definen los currículos educativos…

En todas las reformas educativas –sirva como ejemplo la actual, de rabiosa actualidad– la Música aparece de manera tangencial. En los niveles de Enseñanzas Obligatorias se pelea porque su espacio no se vea mermado y los docentes reivindican su importancia. En Grecia la música era un pilar esencial en la enseñanza básica, no solo por su aspecto técnico, sino por su relevancia social y por la capacidad educativa que conlleva en el desarrollo de distintos aspectos cognitivos. Todo el mundo habla de los beneficios de la música, pero cuando hay que elaborar las legislaciones es una gran olvidada. Como muestra, las aplicaciones normativas llegan a los estudios oficiales en los conservatorios siempre varios años más tarde que a los estudios obligatorios, cercanas incluso a los siguientes cambios legislativos. Se podría decir que se olvidan de ellas o que somos los últimos en ser incluidos en todas las reformas, las cuales por lo general no tienen en cuenta que son Enseñanzas Especiales. Así vienen recogidas y así son en la realidad.

 

S.- En ese marco, ¿qué ha representado y representa el Conservatorio Profesional de Música Eliseo Pinedo de La Rioja?

El Conservatorio ha permitido llevar a cabo el objetivo primordial de Pinedo, planteado ya en los años cuarenta y cincuenta del pasado siglo: facilitar el acceso a los estudios musicales reglados, formar profesionales y obtener las titulaciones que sirvan para generar una sociedad musical con músicos que no han tenido que salir de su región para ello. Así se evita lo que ocurría en esta época: los estudiantes se formaban en La Rioja, pero tenían que desplazarse a provincias vecinas para obtener por libre el título correspondiente o, peor aún, iban a estudiar fuera de la región y ya no regresaban. En la actualidad, a falta de Estudios Superiores –que difícilmente se podrían llevar a cabo por la realidad social, administrativa y económica–, los jóvenes se pueden formar en la región y obtener el título de Enseñanzas Profesionales, generando esa red de profesionales de la música local.

S.- ¿Hubo antecedentes al Conservatorio?

La educación musical en La Rioja ha corrido paralela a la vivida en el resto de España, con una clara diferenciación entre aquellos que estudiaban en instituciones como las bandas, los seminarios o las beneficencias y los que podían permitirse unos estudios particulares o acceder al conservatorio madrileño, durante décadas el único habilitado para conceder la titulación Superior. En Logroño se establecieron a principios del siglo XX algunas academias municipales con gestión privada, pero sin ambición reglada. Es en 1954 cuando Pinedo, que había accedido por oposición a la dirección de la Banda Provincial de Música de Logroño el año anterior, plantea una Academia no dependiente de la Banda sino directamente de la Diputación y en la que se pudieran estudiar la práctica totalidad de los instrumentos. Posteriormente peleó por su consideración como Conservatorio, lo cual consiguió en 1965 para el Grado Elemental y en 1970 como Profesional.

 

S.- ¿Cuál era el concepto de la Educación Musical de Eliseo Pinedo? Hablamos de mediados del siglo pasado.

Si pensamos que en la posguerra la mayoría de las familias apenas tenían para comer, es fácil hacerse una idea de la relevancia que se le podía dar a la música en ese contexto. Sin embargo, también era habitual tener varios trabajos, para poder completar el sueldo que permitiera solventar las necesidades de la economía familiar, y la participación en bandas y orquestinas fue un recurso muy socorrido. A estos músicos había que formarlos, y ahí es donde Pinedo lucha por mantener el tejido a partir de la educación de las bases. Luchó por el reconocimiento social de la profesión y por la dignificación de los estudios musicales. Si bien la educación –no solo la musical, sino cualquiera– no tenía nada que ver con el concepto pedagógico actual, su aplicación de estos valores en pro de la valoración del músico hace de su visión de la enseñanza musical un aspecto moderno.

 

S.- Entonces, ¿la educación musical ha tenido mejores épocas?

Creo que mejores no. Diferentes. Pese a que los contenidos siguen siendo similares, la sociedad, los procesos educativos y las formas de enseñanza eran distintas. En general puede decirse que la educación musical ha evolucionado paralelamente al resto de las docencias y conforme a los nuevos tiempos y las necesidades sociales de cada época.

 

S.- Pero en ese contexto, el Conservatorio Profesional de Música Eliseo Pinedo ha sido y es el referente de la educación musical en La Rioja, ¿no?

A nivel de centro educativo reglado fue pionero y referencial en la región, por eso de estar ubicado en la capital de la provincia. Con el tiempo, esa centralización fue desapareciendo, por suerte, y se pudo abarcar realmente a toda la geografía riojana con los centros de Calahorra primero y de Haro después. A pesar de ello, el hecho de ser el primero, el de mayor tamaño en alumnado y el de categoría Profesional hace que sus políticas en cada época se vean reflejadas en el resto de instituciones educativas musicales de La Rioja, que siempre se han mirado en él.

 

S.- El libro ofrece también una mirada a la sociedad cultural riojana y a su evolución a lo largo de 50 años. ¿Era esencial situar el contexto social e histórico?

Sí. No puede entenderse una institución de este recorrido sin tener en cuenta cuándo y por qué nace, cómo se desarrolla en su entorno social, histórico y cultural. Igualmente, la transversalidad afecta a temas comunes entre los distintos aspectos del mismo ámbito temporal, bien sea cercano o incluso extrarregional. Una de las deudas más importantes que tenemos con los músicos que nos precedieron es documentar sus acciones y valorar su trabajo, sin el cual no estaríamos hoy hablando de ello. Mi tesis sobre Pinedo y este libro creo que abren un camino que debemos ir desbrozando y evitando que se pierda en el olvido. 

S.- …porque no podemos olvidar que el Conservatorio ha cumplido 50 años… Es una institución histórica, ¿no?

Sí. El Conservatorio Eliseo Pinedo, durante años denominado Conservatorio de La Rioja y previamente Conservatorio de Logroño, forma ya parte de la historia reciente de nuestra Comunidad. A estos cincuenta años le precedieron otros muchos de convencido trabajo, en duras condiciones. Los desvelos por hacerlo realidad, a partir de una academia de banda de la Beneficencia, supusieron un largo recorrido. No los debemos olvidar puesto que fueron necesarios para alcanzar el proyecto que ahora disfrutamos.

 

S.- … y el Conservatorio pasó de acoger cien alumnos a contar con mil alumnos…

El modesto proyecto inicial de la Academia Provincial de 1954 mostró solvencia técnica y humana suficiente como para convencer a la Diputación para que confiara en el proyecto de Pinedo, permitiéndole ampliar instalaciones y personal. A partir de la obtención del reconocimiento de Grado Profesional en 1970, y coincidiendo con un auge en toda España por los estudios musicales, el Centro llegó a acoger a 3.250 estudiantes entre matrículas oficiales y libres, en un espacio insuficiente y mal dotado.  

 

S.- … y en medio siglo también ha sido acogido en diferentes sedes…

Por fortuna, ese problema de masificación se atajó desde dos campos de acción. Por un lado, la reducción de las matrículas mediante la selección del alumnado, la creación de las sedes de Calahorra, la de academias municipales en cabeceras de comarca y la limitación del alumnado libre. Por otro, la ampliación del espacio físico. Esta tribulación es curiosa, pues en 1954 se comenzó en los bajos del Palacete de la Diputación, en las míticas carboneras, un espacio casi indigno. Se pasó al curso siguiente a cinco aulas en unos bajos en el edificio anexo a aquel. Posteriormente se trasladó a unos pisos reformados, pero no adecuados para la docencia musical, en distintas plantas en la calle Calvo Sotelo, sobre el edificio de la Sala Gonzalo de Berceo. Finalmente, se produce el cambio a la sede actual en el curso 1997-1998, en una parte de la Beneficencia. Si bien las instalaciones no admiten ya su expansión, el contenido número de estudiantes, unos 500 en la actualidad, permite disponer de espacios suficientes, bien dotados y acondicionados acústicamente.

 

S.- Y también ha prestado su función educativa bajo diferentes leyes educativas y en diferentes tiempos… ¿Cómo ha sido esa evolución?

Como he comentado antes, las leyes educativas 'tienden' a olvidarse de la educación musical, especialmente de la correspondiente a los conservatorios. Aún así, las leyes marco nacionales regulan las posteriores aplicaciones que se llevan a cabo en las normativas regionales que nos afectan. Las hemos vivido de todos los colores, como el resto de los sectores educativos, si bien puede decirse que la LOGSE (Ley de 1990 con aplicación en diferido en La Rioja casi diez años después) fue la que más impacto y cambios supuso en la comunidad educativa musical.

S.- ¿Qué es o debe ser un Conservatorio Profesional de Música? ¿Cuáles son sus funciones?

Se trata de una institución que pretende preservar y transmitir (no solo “conservar”) la música correspondiente a una época muy amplia, pero que en general tiene que ver con la tradición del canon de música occidental de los últimos siglos. Normativamente se podría definir como un centro docente de enseñanza musical reglada y oficial que garantiza la cualificación de los futuros profesionales de la música.

 

S.- ¿Cuál es el futuro del Conservatorio Profesional de Música Eliseo Pinedo de La Rioja?

Como explico en mi libro, decir cuál será el futuro del Conservatorio es, vista la vulnerable situación de cualquier entidad en la actualidad, un ejercicio de pronóstico sin sentido. Aún así, me atrevo a aventurar que, dada la demostrada capacidad adaptativa del Centro a los distintos cambios y requerimientos históricos, se puede pensar en un futuro ilusionante, lleno de proyectos que devuelvan a la sociedad, en forma de música, aquello que esta le dio en su apoyo y confianza como centro educativo para sus hijos. 

 

S.- ¿Qué es la música para ti?

En la actualidad la música para mí es un arte que abarca múltiples disciplinas en las que disfruto plenamente. Hablo de interpretar, escribir o dirigir música, estudiar o analizar las partituras de otros e investigar sobre el entorno histórico musical. Pero también me refiero a mi trabajo diario en el Conservatorio, trasmitiendo al alumnado todo aquello que hace que la música pueda ser vivida de una manera consciente, intensa e ilusionante. 

 

 

 

 

 



Autor: Javier Muro

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